martes, 20 de agosto de 2013

Úrsula


Bárbaros son los niños cuando no saben lo que dicen. 
Consecuentemente, es cuando más dicen la verdad. 
Providentes son los secretos que no nos atrevemos a contar. 
Los demás avecinan úlceras o desbordes de locura, 
de pérdida, de blancura. 
Ciego es el país que nos ve pasar 
de la vida a la muerte una vez más. 

Horrible es el no poder dormir cuando la consciencia.
Aflora entre las maldades humanas. 
Otra impostora que quiere robarnos el tiempo, 
otro soldado en un pelotón de fusilamiento, 
otra madre castradora, otro padre posesivo
que verá la cicatriz como un tiro al blanco. 

Ventrílocuo es el invierno, siniestro y demandante, 
aunque no quiera tendré que aceptar 
que siempre me acompaña y nunca me desilusiona. 
Payaso no te rías, solo hazme reír. 
De vez en cuando este pedazo de madera
quiere ser una niña de carne y hueso. 
Pero a ti, Úrsula siempre te recordaré, siempre te recordaré. 




Lucila Cuvry

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