En el mundo civilizado, la invención de la imprenta y los descubrimientos
científicos han homogenizado, estructurado y ordenado la consciencia del hombre
hasta llevarlo al salvajismo de la guerra. Su incertidumbre hacia el futuro
y sus límites geográficos han desembocado en el nacionalismo xenófobo y la caducidad de la
armonía sensorial de la percepción de toda obra artística a través del ocular
centrismo de las pinturas bidimensionales y el perspectivismo monocular. Sin
embargo, en las últimas décadas, el advenimiento de las tecnologías digitales, simultáneas,
reticulares, complejas e hipertextuales, según, Mc Luhan (La Galaxia Guttenberg), establecen las
condiciones propicias para que el ser humano pueda volver a una armonía entre
los sentidos. De esta manera, la
interactividad entre los cinco sentidos, la vuelta al uso de las facultades
audio-táctiles del hombre-animal, intensificará su sensibilidad. La humanidad se está retribalizando a través de Internet y la tecnología
electrónica. No obstante, esta vez, la
aldea es global. Los individuos
comparten su vida cotidiana, sus más profundos sentimientos e información
íntima todos los días por medio de las redes sociales.
La estética es la transformación de todo
objeto para ser percibido como arte. El
nuevo sujeto de la aldea global es un artista en el sentido explicado por Rafael Sanchez (Las facultades
creativas). Conserva la incertidumbre hacia el futuro, propia del hombre de
la imprenta. Por eso, se aferra a sus
afectos, a lo que reconoce como bello y con lo que se puede identificar a un
nivel personal. La memoria, las
simpatías, y la creatividad producen y devienen de imágenes de la fantasía.
Según
Byron, la mujer debería civilizarse más tardíamente que el varón. "El
amor del hombre es en su vida una cosa aparte, mientras que en la mujer es su
completa existencia”. El cine, la
fotografía y la publicidad, finalmente, han homogenizado a la mujer con la
sociedad de la imprenta. Mc Luhan (La Galaxia Guttenberg)
apunta a que pertenece al primer grupo de individuos alienados de la sociedad y
retribalizados. Mc
Luhan atribuye su suposición a la “predisposición
háptica, su intuición, su integridad”, su calidad de “figura romántica”.
Este espacio no pretende otra cosa que
proporcionar una extensión de la consciencia imaginativa de una mujer. Tan insignificante y particular como un mar
de figuras retóricas y subjetivismos.
Llevando la hipersensibilidad como una carga, un ancla y, una ilusión de
libertad, propongo ofrecer una suerte de equilibrio entre la intelectualidad y
la creatividad: sólo poesía.
Secuestrada de las dimensiones de la belleza y
atrapada en el Inframundo junto a
Hades, Perséfone lamenta poder volver a la tierra sólo una vez al año. Sin acceso a la naturaleza, a la perfección de la realidad ante sus ojos, sus
manos, su gusto y su oído, sólo anhela el día en qué verá la luz del sol con
Hera, su madre. Estas cartas intentan
servirle de consuelo, aunque, sin muchos entramados, también lo buscan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario